Asesoramiento inteligente

Muchas de las circunstancias que afectan hoy a las empresas tienen distintas soluciones, de las cuales sólo una suele ser la más eficaz, la más económica en costes o la que más beneficios reporta. Sin embargo, tanto en el plano económico como en el legal, para cada asunto existe más de una solución idónea. Esta circunstancia lleva al recurso a las denominadas economías de opción.

La elección entre opciones que se plantean a los órganos de administración de las sociedades requiere contar con conocimientos técnicos muy precisos. Las decisiones sobre cuestiones insuficientemente conocidas llevan a soluciones erróneas o cuanto menos inadecuadas que suelen comportar gravosos costes o pérdidas de beneficios.

Los servicios de asesoramiento que se conviene en llamar tradicionales, centrados en asesorar a empresas y sociedades sobre el modo de cumplir con sus obligaciones legales, contables y tributarias, sin consideraciones de mayor alcance, con ser necesarios no son, sin embargo, suficiente para el reto que plantea la dinámica actual.

Un servicio de asesoramiento calificable de inteligente es aquel que tras mostrar al cliente las distintas opciones aconseja sino la mejor la más conveniente en cada caso concreto.

En el campo de la consultoría fiscal, el servicio de asesoramiento inteligente busca los intersticios existentes en la hermenéutica de las leyes tributarias para reducir la carga fiscal del cliente, manteniendo como principio operativo el brocardo jurídico: “Donde la ley no contempla no cabe contemplar”. Esto no debe hacer olvidar que la atención al cliente continua basándose en una asistencia personalizada basada en la mutua confianza cliente-asesor.

Todo esto hace necesario la adopción de un cambio de modelo respecto a la relación asesor-cliente que se conviene en denominar asesoramiento inteligente.

Una asesoría que se conviene en denominar ”plana”, consistente en asesorar el cliente sobre el modo de declarar los impuestos y evitar sanciones, con ser importante no consigue creación de valor alguno en la empresa más allá de sus limitados objetivos. Los servicios de asesoramiento actuales pasa por una asesoría “espacial”, “en relieve”, que consiga crear valor para la empresa mediante el recurso de la minimización de la carga fiscal y la maximización de economías.

Los empresarios que no contraten los servicios de una asesoría inteligente están desperdiciando posibilidades y recursos. Los asesores que no sean conscientes de la necesidad del cambio hacia esa modalidad de asesoría se hallan en la dirección de una obsolescencia de sus servicios.